Hace 27 años tus generosos brazos me recibieron junto a mi familia para comenzar a disfrutar de tus frescas y hermosas mañanas, del canto de los pájaros, del colorido de las sierras, el verde de los cerros, el aire fresco y el aire cálido, de la calma de la brisa y el resplandor de los rayos en la oscuridad de las tormentas, del perfume de la hierba y del canto del agua bajando de las acequias (que ya fue).
Gracias Merlo por los nacidos y criados, disponibles y acogedores, como familia generosa que siempre tiene un lugar más en la mesa, recibiendo a miles por año que vienen cargados de sueños, esperanzas, de ansias de tu paz, tranquilidad y progreso.
Gracias por tus poetas, por tus pintores, por todos tus artistas, por la gente común buena y solidaria, por tu espíritu que enamora a tantos.
Fue allá por los años 60 que el poeta Agüero charlando con el padre Tissera en el Bar Comechingones, le decía:
“ Fíjese Padre que va a ser de Merlo cuando este asfaltado, cuando esté lleno de negocios, lleno de gas de neón, cuando este todo iluminado, quizás aquella calle se llame Furque, esta otra Olivera, alguna tendrá mi nombre y quizás usted se ligue alguna también. ¿Qué haremos para conservar el espíritu de Merlo? Entonces yo le pregunte, ¿y cuál es el espíritu de Merlo? A lo que respondió: Merlo es el canto de los chalchaleros, Merlo es el canto de los jilgueros, son las caseritas”. (1)
Ya llegó, aquí estamos, es el progreso que avanza. Hoy algunos imaginan no muy lejos un Merlo de propiedad horizontal y sierras pobladas; muchas casas, mucha gente, poco verde. Será nomas que a este crecimiento no lo para nadie o mejor dicho, que no podremos terminar nunca de ordenarlo para que sea sostenible. Ojala seamos lo suficientemente sensatos para mantener ese espíritu de Merlo que todavía queda con el desarrollo necesario de modo que las sucesivas generaciones puedan seguir haciendo acciones de gracias por su clima, su gente, sus artistas
Gracias Merlo