Tuvimos el placer de entrevistar a Juan Carlos Ortega, un escultor de gran trayectoria aquí en la villa. Y recordando actividades que se realizaban en la zona hace muchos años surge el tema de "LA CALERA ARIAS – BRADA". La provisión de cal viva, una de las actividades más importantes de la región. Hornos rudimentarios pero que producían buen material. De las canteras de Mereco Romero, camino a Pasos malos (aun hoy se conser- van las tres hornallas anti- guas, al sur del comedor cabeza del indio), se extra- ía tosca de cal mucho antes que la Calera Arias- Brada.
Al frente oeste del Hotel Colonial, se pueden ver los restos de la calera Brignones – Pellegrini (para construir el barrio Pellegrini). A unos 300 mts al norte del hotel El Cóndor están las ruinas de la calera de Juan Ponce.
En 1950 comienza en la Villa de Merlo la calera San Carlos Arias, Eustacio Arias y Fortunato Brada. Con mayor organización y buena producción, les permite abastecer la demanda local y vender hacia Villa Mercedes (San Luis) y Buenos Aires por el ferrocarril Gral. San Martín desde Santa Rosa. La cantera estaba construida donde hoy se ha construido el Mirador del Sol, camino a la cumbre. Desde allí se bajaba la piedra para ser quemada en la hornalla que está frente a la nueva terminal hacia el este. (Hermosa e histórica construcción que convendría reciclar)
La piedra se bajaba por un serpenteante camino cavado a pico y pala, cuyos niveles eran medidos a ojo según el criterio de los conductores de los camiones cuyo ascenso y descenso eran casi milagrosos, dependiendo de la destreza de los choferes. Estos mismos vehículos, cuando no bajan piedra, buscaban leña de molle de beber (combustible para quemar la cal).
En los alrededores de campos serranos de Mereco Romero y el ingles Caldwel, campo de los Arias en Cerro de Oro y los cocos (hoy Country Las Cascadas) y zona del camping de carpintería se apilaban en metros cúbicos esta leña para luego ser vendida a la empresa.
Cuando finalizaba la tarea del quemado, estos mismos transportes se la distribuían a las obras en construcción de Merlo o se enviaba a la estación Rodríguez Saá de Santa Rosa. Según cuentan ex empleados se ha llegado a producir hasta un vagón por día y cuando aumentaba la demanda se trabajaba hasta en tres turnos diarios.
La Villa de Merlo cuenta con muchas identidades y esta es una de ellas, aunque hayan pasado más de sesenta años.

Gracias Juan Carlos Ortega por su aporte histórico que hace a la Identidad Local.